jueves, 23 de junio de 2011

UN TIEMPO PARA LOS CABALLOS BORRACHOS

Título Original Zamani barayé masti asbha
Director Bahman Ghobadi
Reparto Amaneh Ekhtiar-Dini, Nezhad Ekhtiar-Dini, Ayoub Ahmadi, Jouvin Younessi, Madi Ekhtiar-Dini
Año 2000, Irán
Guión Bahman Ghobadi
Música Hossein Alizadeh
Fotografía Saed Nikzat
Sinopsis Una dura película sobre los esfuerzos de una familia del kurdistán iraní que trata de conseguir dinero para inentar curar a su hijo enfermo. Desesperados, la hermana menor del chico accede a casarse con un hombre iraquí a cambio de que cuide de su hermano. En una epoca cuando los caballos se emborrachan para aguantarse el dolor, Ayoub y su familia viven en un pequeño pueblo kurdo en la frontera entre Irak e Irán. Cuando su padre es asesinado el contrabando de mercancías a través de la frontera, Ayoub se convierte en responsable de los demás niños de su familia y él debe encontrar alguna manera de apoyarlos. Con pocas opciones, Ayoub toma en el mismo trabajo peligroso que mató a su padre, el contrabando de productos cotidianos a través de la frontera. Cuando se pone de manifiesto que su hermano discapacitado Madi requiere una operación para prolongar su vida, Ayoub debe tomar grandes riesgos con el fin de ganar suficiente dinero para la cirugía.

Premios 2000 Cámara de Oro y Premio de la Crítica Internacional en el fetival de Cannes
             2000 Premio Especial del Jurado en el festival de Chicago
             2000 Premio Especila del Jurado en el festival de Guijón
             2000 Premio a la libertad de expresión por La Asociación Nacional de Críticos de Cine de EU
             2000 Premio Internacional del Jurado en el festival de Sao Paolo
 

Trailer

 ¿Por qué la hemos elegido? 
Primer largometraje del director iraní  Bahman Gobadhi (trabajó como ayudante de dirección con Abbas Kiarostami) cuya corta filmografía contiene títulos tan importantes como Las tortugas también vuelan o Nadie sabe nada de gatos persas. Desde aquí nos gustaría homenajear al cine iraní y a todos los directores que consiguen rodar en circunstancias nada fáciles. Mohammad Nurizad cumple una sentencia de tres años y medio por "insultar a las autoridades y propaganda contra la República Islámica"; Jafar Panahi condenado a seis años de cárcel por actuar "contra el régimen islámico", y Mohammad Rasulof espera el resultado de su apelación a la misma pena. Otros como Mohsen Makhmalbaf o Abbas Kiarostami hace ya tiempo que trabajan fuera de su país para evitar la censura. El mismo Bahman Gobadhi tuvo que huir de Irán tras el rodaje clandestino de Nadie sabe nada de gatos persas.
En las dos últimas décadas, dentro de los escenarios internacionales, el cine iraní ha tenido una presencia considerable y continua. Este asunto ha originado discusiones sobre los motivos de estos éxitos. Los expertos y críticos del cine, además de las aptitudes de los artistas iraníes, han considerado la rica cultura del país persa como el más importante elemento que ha conducido hacia el éxito al cine iraní.
Gobadhi, de origen kurdo, nos cuenta historias duras y realistas sobre la vida kurda. Un tiempo para los caballos borrachos es un retrato enormemente impactante del sufrimiento de los niños en un mundo cruel e injusto. Realizada por actores en su mayoría no profesionales, en un tono de documental ficción, con un fondo devastador y pesimista. La historia se desarrolla en las desoladas y nevadas montañas del Kurdistán iraní, junto a la frontera iraquí.  

2 comentarios:

  1. Sin llegar a desgarrar como sí lo hacía Las tortugas también vuelan, sin lelgar a emocionarnos musicalmente con un arte completamente desconocido como es el descubrimiento de la música pop iraní en Nadie sabe nada de gatos persas; Ghobadi nos recuerda porque tiene ese lugar, escrito ya en la historia del cine; porque abrió horizontes cinematográficos para su país, con estos caballos ebrios. La película como todas duele, emociona, pero a la vez no deja la lágrima fácil, es quizás tan seca para lo que cuenta que llega a desgarrar. El problema como ya he explicado, es que tiene un hermano mayor volador que siempre le hará sombra....

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  2. Aunque ya he visto que tiene unas críticas fabulosas, a mí no me ha convencido del todo. Me pasa como con la película Buda az sharm foru rikht (Buda explotó por vergüenza) de Hana Makhmalbaf.
    Es cine denuncia, lo que cuenta me resulta espantoso: Niños trabajando, explotados, niñas casadas en edades incomprensibles…Pero está narrado como si fuese un cuento, vamos que no me lo creo, es como si no pareciese real, a lo cual ayudan los actores que parece que están representando la función de fin de curso en el colegio. Es muy extraño eso de mezclar lo infantil con algo tan fuerte como lo que sucede en Irán, vamos que para creerte esta historia tal como está narrada necesitas estar tan beodo como las mulas del film o quizás es que yo no estoy en la línea de este director, que también puede ser.
    Aunque no tenga nada que ver, voy a remitirme al director y guionista indio M. Night Shyamalan, que cuando veo una de sus películas casi siempre acabo cabreada porque parece que esté contando cuentos pero ¿de terror? ¿cómo pueden contarse cuentos de terror? El terror es el terror y es cosa de adultos y los cuentos son cuentos para niños (y no tan niños). ¿Para quién es entonces ese género? Supongo que para adultos, pero adultos del estilo Agatha Ruiz de la Prada porque si no te quedas con la sensación de que te han tomado el pelo.
    Pero bueno, qué sabré yo, lo mismo es que lograr algo así tiene mucho mérito y yo no sé verlo, pero a mí que me den miserias contadas con realismo, aunque eso me produzca una gran desazón interna (si es que resisto verlas) y que me cuenten cuentos o telenovelas, pero que no me los mezclen.
    ¿Será que por la censura tienen que hacerlo así? Es otra opción. Dejo esta pregunta en el aire.
    Tendré que ver la de las Tortugas, a ver si el cine iraní me acaba gustando o acabo apreciándolo un poquito más.

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