lunes, 11 de abril de 2011

DOLLS

Título Original Dolls

Director Takeshi Kitano

Reparto Milo Kanno, Hidetoshi Nishijima, Tatsuya Mihashi, Chieko Matsubara, Kyoko Fukada, Tsutomu Tageshige

Año 2002, Japón

Género Drama

Duración 113

Sinopsis Tres historias de amor y dolor: Sawako y Matsumoto eran una pareja feliz pero las presiones de sus entrometidos padres les obligarán a tomar una decisión vital. Hiro es un anciano jefe de la yakuza.n Treinta años antes era un pobre trabajador de una fábrica que abandonó a su amada novia por sus sueños de prosperar. Ahora vuelve al parque donde ambos se encontraban. Haruna se pasa parte del tiempo mirando al mar, su bello rostro está ahora cubierto de vendas. No hacía mucho tiempo, ella era una cantante de pop de éxito que vivía entre shows de televisión y sesiones de autógrafos.

Premios y nominaciones Seis nominaciones en los premios del cine japonés del 2003
                                     Mejor actriz en el Hochi Film Awars en 2002
                                     Mejor Director en el Festival de Damasco en 2003
                                     Nominada al León de Oro en el Festival de Venecia en 2002
                                     
Trailer




¿Por qué la hemos elegido? 
El polifacético Kitano tenía que estar en el sejie, tres de sus películas de la década pasada podían participar en el festival, Zatoichi, Brother y Dolls, pero sólo esta última no la habíamos visto ninguno de los tres y por tanto fue la elegida.
El título de la película (muñecas) hace referencia a las marionetas del teatro Bunraku japonés,que tomará como punto de partida para construir este intenso drama en el que, como en casi todo su cine, pero aquí de forma especial, la belleza de las imágenes predomina sobre la palabra.
El teatro Bunkaru -el teatro tradicional japonés de marionetas- es de donde nace este film, que al fin y al cabo es un homenaje al dramaturgo japonés Chikamatsu Monzaemon. Creador de la tragedia amorosa popular, de historias sentimentales que vuelven a estar de moda en la actualidad, Kitano lo inmortaliza como guionista de situaciones sentimentales que sobreviven a todos los tiempos. Según el director, es como un truco de magia por el cual personajes aparentemente normales, incluso con vidas anodinas, consiguen elevar a la categoría de amor verdadero su historia, cuando la muerte se acerca. Aquí los personajes se convierten en marionetas gracias a su interpretación contenida y al increíble vestuario que diseñó Yamamoto acorde con los paisajes y las miserias de cada uno de ellos.
El propio Kitano reconocía que en condiciones normales el vestuario se diseña después de que toda la secuencia está lista, pero en “Dolls” el proceso se invirtió. Dio libertad absoluta a Yamamoto, de modo que muchos paisajes se buscaron después para que la composición entre la naturaleza y los vestuarios formara un marco perfecto e indisoluble. Los actores se convierten en marionetas que tienen que enfrentarse a situaciones actuales aunque dentro de un marco que bien podría ser el de un teatro. De hecho, un ejercicio más que estimulante es el de imaginar que los actores son marionetas que se desenvuelven dentro del Bunkaru.
Takeshi Kitano afirmó que fue su abuela Yaeko Tagimoto, una gran figura de Gidayu -la música que acompaña al Bunkaru-, quien le acercó a este mundo, mitad magia, mitad tragedia. A la casa de la abuela iban alumnos jóvenes que querían aprender de sus clases y con los que Kitano se mezclaba interiorizando así el Bunkaru.

2 comentarios:

  1. Daré mi opinión próximamente porque ya la he visto, pero quiero copiar y pegar una crítica titulada "Broken Dolls" que me ha gustado un montón, capta cosas que de no haberla leído no hubiese entendido del todo porque la peli, por lo menos para mí, es un tanto extraña:

    Broken Dolls
    A Kitano no le gusta tomar por los atajos corrientes. Va caminando despacio entre los árboles, pausadamente, sin plantearse a dónde quiere llegar, sin permitir que las presiones y aceleraciones de la vida actual alteren su ritmo parsimonioso.
    A Kitano no le interesa la coherencia del relato, no le interesa la linealidad, ni la estructura narrativa habitual de presentación-nudo-desenlace.
    Tampoco pretende ofrecer explicaciones ni porqués de las reacciones de sus personajes.
    Sin complicaciones, sin estridencias, minimizando los diálogos para conceder un casi exclusivo protagonismo a la potencia visual, que es sobresaliente, Kitano filmó su peculiar análisis de las almas rotas.
    Las almas humanas son tan frágiles... Cualquier soplo puede romperlas, y el director japonés se centra en ese instante en que se quiebran para siempre, para no volver a recomponerse.
    Tan delicadas como esos muñecos del teatro de marionetas japonés, manejados por manos ajenas, esas almas quebradas se dejan arrastrar por la inercia de la corriente que las conduce, como si fuesen maderos inertes, hacia esas orillas olvidadas en las que embarrancan todas las cosas que carecen de voluntad propia para luchar contra la corriente o para dirigirse hacia una meta concreta.
    Kitano introduce su cámara en esa orilla simbólica de las personas embarrancadas. Que en algún momento han entrado en una dimensión en la que el tiempo no existe, en la que el espacio no conoce límites ni coordenadas, en la que la vida corriente se deja atrás, el contacto con el exterior se abandona casi por completo, y se da paso al mundo interior, regido por las puras sensaciones, por los recuerdos más arraigados y por los sentimientos más viscerales. Con todo lo superficial hecho trizas, sólo queda la esencia del dolor, de la búsqueda de un refugio íntimo donde lo intolerable se haga llevadero. Cuando un corazón humano se lastima hasta extremos severos, tiende a buscar un lugar en el que se sienta seguro y protegido, y a menudo huye a algún reducto recóndito al que nadie más tiene acceso.
    Kitano convierte la soledad, el dolor, el sufrimiento y la fragilidad humanas en hermosas imágenes donde una Naturaleza explosiva y exuberante despliega los más bellos colores que susurran en su especial lenguaje acerca de las propiedades curativas del mundo natural que nos rodea, de todos esos brotes de vida aún no adulterados por la mano del hombre y que resultan un consuelo para el espíritu.
    El cineasta expone los traumas de cada uno con ojo sensible, compasivo e intimista, con esa mirada que sugiere un finísimo trozo papel que un soplo de viento estropea, un castillo de naipes que se viene abajo con el mínimo movimiento erróneo.
    Porque tal vez no somos más que eso. Un castillo de naipes que a veces se mantiene en pie de puro milagro, amenazado por cualquier roce presto a derribarlo sin piedad.
    Vivoleyendo
    Crítica extraída de:http://www.filmaffinity.com/es/review/76636577.html

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  2. Extraña, enigmática, original, con algunas secuencias muy impactantes desde el punto de vista visual, diferente y un montón más de calificativos podrían definir esta curiosa película.
    ¿De qué habla?
    Creo que son tres cuentos con moraleja, que tratan de lo cerca que están el amor y la locura, aunque a veces parezca que más bien hablen de esta segunda. Me recuerda a ese cuento anónimo sobre los sentimientos que termina diciendo “El amor es ciego y siempre va acompañado de la locura”.
    Un tema que aparece en la película es el del amor incondicional, como en la primera historia, la fusión (hasta con una cuerda que los ata, aunque se supone que es para que ella no se escape) de dos seres que se convierten en uno y caminan juntos. Aquí el chico demuestra, pese a su metedura de pata “causante” del drama, que está con su amada en lo bueno y en lo peor. Puede pensarse que seguramente sea por el sentimiento de culpa que arrastra el muchacho, pero creo que también es porque a quien amaba de verdad era a su novia de toda la vida y el error estuvo en su poca personalidad al hacer caso a sus padres, pues la sumisión y obediencia es un aspecto muy importante en la cultura japonesa que puede llevar a que algunas personas sean fácilmente manipulables, como parece el caso.
    El segundo tema que veo es la esperanza en el amor. Lo que hace la protagonista de la segunda historia recuerda a Penélope esperando infinitamente a su amado Ulises. Con tal de mantener la esperanza muchas personas obvian la realidad; fuente de soledad y desengaño. Se dice que la esperanza es lo último que se pierde.
    Otro tema es la idealización. Por ejemplo se ve en la tercera historia, que es la del fan enamorado de su ídolo. El protagonista centró su vida en alguien que veía tan perfecto que el resto se le difuminaba y no le importó incluso no ver con tal de estar cerca de ella. Eso de la ceguera parece una metáfora del amor ciego. El fenómeno fan es algo que algunos sufren, más bien en la adolescencia, pero que se pasa como otra etapa cualquiera y normalmente no deja secuelas, pero en este caso se volvió patológica, el hombre ya era adulto. Tenía que haber ido a un terapeuta para ayudarle a superar esa fase en que se había quedado encasillado y a poder ser ir con unos cuantos personajes de las historias anteriores (a la señora del banco por cierto le resultaría fácil pues era su vecina), pues los hay muy necesitados de un buen repaso de cerebro, para que aprendan a quererse a sí mismos y superar su adición al amor (una adición tan autodestructiva como cualquier otra).
    En definitiva, la moraleja sería, desde mi punto de vista, que dejarse llevar únicamente por los sentimientos de amor, culpa…sin meter cabeza y no pensar en nuestras propias necesidades, nos convierte en marionetas del destino, pasa el tiempo, las estaciones y seguimos caminando hacia ninguna parte, perdidos porque no somos nosotros quienes guiamos nuestros pasos sino alguien ajeno que encima, como en este film, es imposible que nos corresponda (con lo cual otro tema sería el del amor imposible).

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